domingo, 6 de febrero de 2011

Destrucción…

Bien… En todos los sentidos… Destrucción.
Un nuevo cambio de empleo. Irrebatible.
Destrucción de la sociabilidad.
He iniciado una reclusión voluntaria.
Intencional y obligatoria a partes iguales.
Consistente en el aislamiento.
Dejando de deambular en las noches,
¿Seré mejor persona? Permite que lo dude.
Destrucción neuronal intoxicatoria.
¿Debería dejar mis productos psicoelokuentes!?
Es el resquicio que me queda de cordura…
Se desvanecería. Me Destruiría.
Destrucción del sentimiento emocional.
Se suspenden los delirios románticos.
Se anulan los placeres carnales lujúricos.
¿Si nadie puede tocarme nadie me dañará?
Destrucción física del ritmo alimenticio.
Nueva dieta basada en el cambio horario.
¿Me causara otro trastorno nuevo?
Es igual, lo ignorare junto con los demás.
Destrucción futura.
La aceptación de ciertas proposiciones.
Me causará una Destrucción intrínseca.
Tan visible para todos como para mí.
Y cuando digo todos…
Me refiero a TODOS.

1 comentario:

  1. Se puede hacer de la destrucción una filosofía de vida :p

    Ains, a ver si vuelves.
    Un besito brujo.

    PD: hacía mil que no pasaba por aquí, lo sientu!

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