domingo, 29 de abril de 2012

Teleoperaciones…

Buenas tardes, ¿en que le puedo ayudar?
Ahora soy cirujana auricular. Teleoperaciones…
Disecciono números de teléfono y cuentas bancarias.
¿Política de seguridad? Recobros!! Telemarketing!
Un cubículo diminuto mi lujoso despacho!!!
Y una centralita que no deja de echar humo…
Así no hay quien deje de fumar…

lunes, 16 de abril de 2012

Relato Vampírico



Solo entraba un débil rayo de luna, pálido y mortecino, que hacia presencia en la estancia como una única sustancia espectral y luminosa.Había polvo por todas partes, brillante, amotinado en los rincones y sobre todas las superficies, había polvo cubriendo las telarañas...El olor, era nauseabundo, un hedor postmortem a pútrido y húmedo, a descomposición y a sangre, era repugnante... como si te infectase, y todo ese polvo, el maldito polvo...El viento soplaba fuera con furia y aullaba como aúlla un lobo, traía consigo un frió que te cortaba la carne y se te metía en los huesos. Y desde hacia poco tiempo... también traía pequeños y delicados copos de nieve...


A pesar de todo, la chica estaba allí, en aquella cripta llena de horrores esperándole... porque sabia, que tarde o temprano iría allí... tal vez al alba...Así que estaba dispuesta a esperar.Y paso largas horas de miedo y sudores fríos, de nieve incesante y espesa, de taciturna luna, hasta que comenzó a subir el sol.
El primer rayo dorado aun no había inundado el cementerio cuando él cruzo la puerta, cubierto de blancor, con la piel translucida, el cabello suelto y la boca llena de sangre y los ojos vítreos. Si hubiera tenido vida en el corazón, estaría palpitándole a machas forzadas... la adrenalina de haber salido de cacería, de haber bebido sangre.El Nosferatu se persono en el panteón.


Sus ojos ambarinos se clavaron en la joven que le observaba desde una esquina de su lúgubre cripta. Relucía como reluce una flor que sobrevive a la nieve invernal, dura e impasible, pero hermosa y delicada.
- ¿Has saciado tu sed por esta noche criatura?- preguntó dando un par de pasos hacia delante para dejarse ver mejor, de tal modo que el diamantino rayo de luna cayó sobre ella iluminando su rostro.
- Márchate mujer, pronto amanecerá, y yo debo descansar- contesto el vampiro con su voz melodiosa, áspera y siseante. Parecía tratar ignorarla. Sin embargo no podía apartar sus ojos de ella.
- Sé bien que el alba esta próximo, pero aun así... desearía robar algo de tu valioso tiempo… ¿Qué son unos minutos para el que posee la eternidad?
- ¿Que haces aquí, en mi morada, que buscas, que quieres de mi?- inquirió el vampiro.
- Lo que todos rechazan... de lo que todos huyen... ¡Quiero tu maldición! Deseo que me muerdas, y me conviertas en lo que tú eres- contestó firmemente, sin titubear, segura de sí misma.
- No sabes lo que dices... márchate de aquí, ahora- ordeno violentamente la criatura. Su voz sonó atronadora y escalofriante.
- No… - se negó la muchacha - desde la noche que te conocí, he seguido buscándote…
- Soy un vampiro... encarno la muerte, soy su emisario. No saldrás con vida de aquí esta noche. ¡Tuviste suerte la primera vez que nos vimos! - Exclamó el vampiro muy alterado.
- Sabía que contestarías eso... al igual que sabía que para ti fui diferente… Que me viste tan hermosa esa noche que no fuiste capaz de morderme- se acerco despacio al vampiro, que permanecía de pie en el umbral de la puerta, hasta ponerse justo en frente... para mirarle directamente a los ojos, le clavo la mirada y continuo hablando - Sin embargo, y ... a pesar de que sabes al igual que yo... que fue diferente, te niegas a ti mismo la evidencia, y eso... te reconforta enormemente, eternamente solo, un depredador, que ha creado fama, conocía tu nombre antes de conocerte a ti... Y te temía… Quería huir, correr, gritar… escapar… Pero no pude hacerlo, como embrujada caí en tus brazos, y desde entonces seguí pensando en ti...
- Basta... ¿acaso no sabes que estoy muerto y que no puedo sentir?... no puedo enamorarme... ni sentir pasión... –contesto desviando la mirada y atravesando la estancia, liviano como una pluma, sin remover el polvo del ambiente.
- No estas muerto, simplemente "no estas vivo" por lo tanto, como bien sabemos los dos, tu condición humana no se ha filtrado del todo, aun queda algo de tu… alma...- replico mientas se daba la vuelta para seguir al vampiro.
- No voy a morderte, te convertirás en un demonio, vivirás del fluido vital de otros, no podrás volver a probar nada que no sea sangre... No volverás a ver el sol... jamás, y todo ello, empezara con la muerte de tu cuerpo- el vampiro se precipito sobre la chica agarrándola fuertemente por los brazos, sus rostros estaban muy cerca, y sus ojos volvieron a encontrase. Ella se estremeció.
- Es un precio justo por pasar la eternidad a tu lado, de igual a igual... la misma raza- dijo en un susurro sin dejar de clavar su mirada azul en la de la criatura.
- ¿Tanto lo deseas?- pregunto sin dejar de agarrar a la chica -... Me cuesta creerlo... me cuesta cree que quieras hacerlo para estar conmigo.
- Pues clávame los colmillos en el cuello y veras cual real puede hacerse lo que te parece ahora una utopía.- contesto girando la cabeza y exhibiendo su blanca y suave garganta.


El vampiro que había nacido como tal, hacia ya muchos años, y había conocido mundo, y gentes, él que había sobrevivido a siglos y para ello había bebido la sangre de incontables personas inocentes, robando sus vidas. Él que se encontraba rodeado de respeto entre los de su raza y de temor entre los que no eran sus hermanos…
El vampiro que había vivido tanto, siempre había estado solo, desolado y entristecido, tantas veces había sufrido que ya no podía contarlas…
Se veía ahora ante la tentadora oferta de una compañera, una mujer que hubo poseído deseoso del calor de su cuerpo, y evitando su sangre, por no matar algo tan sublime.
No podía negarse, quería que fuese su compañera para siempre, el amor que empieza por el fin, que es la muerte… y por eso se vuelve eterno, perpetuo… inmortal.


Lentamente como en un beso de dolor, le hundió los alargados colmillos en el cuello y succionó la sangre, disfrutando del sonido de los latidos del corazón caliente, que pronto pararía de palpitar.
La muchacha se estremecía entre sus brazos, resistiéndose vagamente, a sabiendas de que había sido ella misma la que había provocado aquella situación, poco a poco fue sintiéndose cada vez más lánguida, como perdida en la ensoñación de los dientes afiladísimos del vampiro.
La sangre sabía dulce como las frutas de primavera, estaba tibia, no era muy espesa, pero el color rojo rubí de que inundaba las venas de la joven capto la atención del vampiro. Profundamente rojo, carmesí, escarlata…


Finalmente sintió como el pulso de la chica se desvanecía parándose lentamente, apagándose para siempre.
- Nunca más sentirás el corazón- dijo el no muerto al despegar sus fauces la garganta. Mirando directamente a los ojos a su presa que agonizaba ya herida de muerte -Solo bastara una gota…


Con su propio colmillo se hizo una pequeña herida en la yema del dedo, e introdujo este en la boca de la mujer. Ella con su últimas fuerzas lamió la sangre del vampiro, el sabor áspero y tosco, fue seguido de un frío penetrante, fue sintiendo como su estomago se congelaba, y poco a poco notó como si se ahogase, al no poder respirar… Se escurrió de entre los brazos de la criatura y cayó de rodillas al suelo.
Se puso la mano en la garganta, pues la mordedura le ardía, comenzó a sentirse cada vez peor, sufrió un dolor inimaginable en el abdomen como si se le deshiciesen las vísceras y se acurruco y ya tumbada en el suelo no dejó de sufrir hasta que su corazón se hubo parado definitivamente.


El vampiro la recogió del suelo y la tumbó en el interior de su ataúd, que se encontraba dentro de una de las tumbas oculto tras una losa de piedra. Una vez la hubo acostado se reprochó a si mismo su egoísmo por convertir en impuro a un ser humano para toda la eternidad, quizá ella no fuera consciente de que le había consagrado su alma a Satanás…
Se introdujo cuidadosamente en el ataúd junto a ella y la abrazó, porque aunque hasta la noche siguiente no nacería, él no quería dejarla sola en la noche de su muerte… y porque ansiaba encarecidamente yacer junto a ella… aunque nunca lo reconociera.


Se despertó bañada en sudor, sobresaltada, una pesadilla horrible, tenia la carne helada… y estaba oscuro… estaba dentro de algún lugar. Y en el exterior, se escuchaba música… un violín desgarrador.
Así que trató de salir, empujó hacia arriba lo que parecía una tapa y salió al exterior…
Seguía en la cripta y era de noche, el vampiro estaba de pie, en un rincón tocando… Y le pareció lo más hermoso que había visto en su vida… tenia la piel blanquísima, era muy alto, el pelo rubio largo recogido en una coleta y los ojos de color miel… y sostenía el violín con una delicadeza exquisita.


- Buenas noches vampiresa… ¿Cómo te encuentras?- pregunto mientras ella lo observaba luciendo una sonrisa que dejaba ver sus colmillos.
- Estoy muy bien, me encuentro como si hubiese dormido profundamente… y sin embargo, me ha despertado una pesadilla…
- Ya te acostumbraras… cada noche sentirás la misma sensación. Te estaba esperando para ir a cenar… ¿tienes hambre? – preguntó sonriendo aun más y mostrando sus afilados colmillos.

martes, 10 de abril de 2012

Quiero Perderme...

Quiero perderme...
Perderme contigo,
Temblar a tu lado…
Soltar un suspiro.
Quiero perderme...
Respirar tu aire,
Sentir tu cuerpo…
Niño, acariciarte!!!

Quiero perderme,
Dentro de tu alma…
Y buscar lo más bello

Que allí guardas...

lunes, 9 de abril de 2012

Mascotas!

Después de tanto tiempo…
Y nunca os he hablado de mis mascotas.
Merecen un reconocimiento por ser tan cariñosos y adorables.
Por estar siempre ahí cuando se les necesita.

Por ser tan incondicionales.
Estos son mis pequeños amigos!!!


LOLITA
LUCAS
LARA


DRAGÓN

viernes, 6 de abril de 2012

Cosas De Pueblo - Semana Santa -

(Algún rincón de Ávila)
*
El olor a chimeneas.
La autentica carne de vacuno.
Paseos por la ribera del río.
Las precarias casas de piedra.
El cielo estrelladísimo.
Burritos y tractores.
La procesión de semana santa.


Cercas de madera.
Hortalizas de la huerta.
El aire puro y el sol brillante.
Los niños en bicicleta.
Las cabritas en rediles.
El agua limpia de los manantiales.
Los ancianos con boina.
Pan de pueblo! Y torrijas!!!