Olvidémonos por un instante de lo agotador que parece todo. De las espinas de la vida. Dejemos las
inclemencias de lo mundano a un lado. Aparquemos los problemas agotadores que cada día nos
escupen verdades que no nos apetece escuchar. Ignoremos los vienes materiales, que no
tenemos y que posiblemente no lleguemos nunca a adquirir. Olvidémonos el runrún incesante de los
objetivos que “deberíamos” alcanzar.
Omitamos a esas personas
malhumoradas que nos amargan la existencia. Esas almas llenas de tristeza… que
descontentas consigo mismas vuelcan sus frustraciones en nuestra persona. Compadezcámoslas…
con una mezcla de pena y sonrisa a medias.
Centrémonos en la
pulcritud de una existencia pacífica… libre de cargas, de dudas o titubeos… de
malicias, de rencores, de reproches… e incluso de exigencias.
Pensemos, por un momento,
que todo es perfecto… bello en su esencia misma… Imaginemos que todo se diluye
dejándonos únicamente lo más dulce… lo que hace que cada mañana nos haga
levantarnos de la cama y pensar “Yo si puedo, porque lo que tengo es muy bonito…
y hoy aun puede hacerse más hermoso”
Rebusquemos un poco en
nuestro corazón cada día ese impulso, esa fuerza vital, esas ganas, ese empuje…
ese optimismo… ese “Este golpe no puede abatirme”, sobrepongámonos… seamos
fuertes.
Sintámonos orgullosos de
nuestros actos, de ser justos, de saber que hemos dado lo mejor de nosotros
mismos.
Intentemos no
arrepentirnos… no autocompadecernos, no ser la mitad de lo que podemos llegar a
ser. Procuremos seguir adelante echando
solo, de vez en cuando, una mirada crítica a nuestro pasado.
Abramos la mente… el alma
y nuestro corazón…
Por si os lo estáis
preguntando… no, no he enloquecido en un delirio de embriaguez y extáis venturoso…
Y por si os lo estáis preguntando… si, yo también tengo problemas… pero ¿sabéis
qué? Aunque solo sea por esta vez… me quedo con las alegrías.
¿Y por qué? Porque llevo
un mes horrible y necesito… aunque provengan de mi misma, escuchar estas
palabras.
Espero que mi pequeña
reflexión os sirva de ayuda y os haga ver que la fortaleza proviene de uno
mismo. El viaje comienza en vuestros pies y solo vosotros sois dueños de
vuestros destinos. Animo!! Seguid luchando… no dejes de ilusionaros… Aunque estéis
despiertos también se puede soñar…