Capitán ¿sabe qué? Me hundo como un barco de papel, un poquito más cada día... Y me ahogo en mis lágrimas cada tarde... Puede que sea de esas personas que necesitan que las arropen cada noche. Y no puedo soportar que no estés ahí para hacerlo, Marinero.
Así que náufrago, zozobro...
Últimamente dejo que me arrastre la marea y te sigo la corriente. Pero no es suficiente, al final acabaré varada en alguna playa lejana a tus costas...
Te preguntarás entonces, dónde está tu navío. Zarpó sin ti. Conozco esa sensación... y la larga travesía, no es agradable.
Las olas mojan mi cubierta, y dejan ver con claridad mi húmedo interior. Podrido ya de tanta agua salada que resbaló por mis mejillas...
Quizás necesite algún salvavidas... pero a estas alturas y con lo poco que se nadar, no se si aun podré mantenerme a flote.
Voy a cambiar de rumbo, Capitán, creo que debería relevarle del mando una temporada... pero la mar es inmensa y yo... solo una pequeña sirena...
A estribor todo parecen dudas y miedos, y a babor silencios insufribles, tendré que consultar mi brújula...
Mientras tanto, aun te doy unos segundos para volver a coger el timón y llevarnos a buen puerto... píensalo Marinero...
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