Suerte que te tengo cerca... Sin ti, nada de esto sería lo mismo... ¿Como lo haces? Di, cual es tu secreto, ¿Como consigues que sonría incluso cuando lloro por dentro? A veces, esta carga resulta muy pesada y... desfallezco. Pero tú no lo toleras. Me haces fuerte. Me ayudas a soportarla (a soportarme) ¿Que has visto de bueno en mi? No soy especial... Suerte que te tengo a mi lado. Aprétame la mano para que sepa que estás ahi. Cuando me besas... me emociono, es como contemplar una bella danza... un ballet. Soy tu reina cisne, tan taciturna y atormentada... Amame. Soy tú cuando hacemos el amor... ¿No lo ves...? No soy capaz de saber, donde acaba mi cuerpo y empieza el tuyo... es mágico... como un amanecer. Suerte que te tengo... Gracias... Mi amor, gracias... por este tiempo. Tú dices que será eterno, enamoradizo. Yo, no te creo... hiperrealismo. No es importante saberlo... solo se que tengo suerte... Porque ahora te poseo.
Capitán ¿sabe qué? Me hundo como un barco de papel, un poquito más cada día... Y me ahogo en mis lágrimas cada tarde... Puede que sea de esas personas que necesitan que las arropen cada noche. Y no puedo soportar que no estés ahí para hacerlo, Marinero. Así que náufrago, zozobro... Últimamente dejo que me arrastre la marea y te sigo la corriente. Pero no es suficiente, al final acabaré varada en alguna playa lejana a tus costas... Te preguntarás entonces, dónde está tu navío. Zarpó sin ti. Conozco esa sensación... y la larga travesía, no es agradable. Las olas mojan mi cubierta, y dejan ver con claridad mi húmedo interior. Podrido ya de tanta agua salada que resbaló por mis mejillas... Quizás necesite algún salvavidas... pero a estas alturas y con lo poco que se nadar, no se si aun podré mantenerme a flote. Voy a cambiar de rumbo, Capitán, creo que debería relevarle del mando una temporada... pero la mar es inmensa y yo... solo una pequeña sirena... A estribor todo parecen dudas y miedos, y a babor silencios insufribles, tendré que consultar mi brújula... Mientras tanto, aun te doy unos segundos para volver a coger el timón y llevarnos a buen puerto... píensalo Marinero...
De madrugada, irremediablemente no logro conciliar el sueño. Una lágrima resbala por mi mejilla y empapa mi almohada. Soy un fracaso... Un puzzle que nunca llegó a terminarse... Desauciada y solitaria malviviendo de la autocompasión. Mi espíritu pisoteado vaga por los pasillos de una casa tenebrosa. Me siento como ese libro que nunca terminaste de leer. Incompleta. Soy un fracaso. Un fallo. Una anomalía. He decepcionado a todos, incluso a mi misma. Rota, como las tela ajada de un uniforme de trabajo. Polvorienta y abandonada, como la tumba de un desconocido. El corazón se me encoge... ¿Se me para? Tengo miedo. Siempre tengo miedo. Cobarde. No merezco lo bueno que tengo, no me lo he ganado. La espiral me subciona hacía el fondo. El insomnio ha vuelto para gritarme a la cara mis defectos... Estoy tan débil... Acabada... Soy un fracaso.